Diez meses - Capitulo 11

El comienzo de una familia


La luz que se colaba por la ventana era cálida y al mismo tiempo nítida, disminuida por los arboles que rodeaban aquella gran casa. Era irónica la vitalidad que cubría el ambiente en donde estos dos seres se encontraban, siendo que ambos eran shinigamis.

Pero así era, Hisoka se encontraba entre los brazos de Tsuzuki quien celosamente estrechaba entre sus brazos aquel cuerpo que llevaba dias poseyendo, con infinito amor y cada vez más pasión. Lo amaba. Su actitud obstinada y esos ojos penetrantes se lo recordaban todo el tiempo.

Pero al parecer no estaban destinados a tener una historia típica y simple de amor, en donde el tiempo los ayudaría a dar pasos lentos en su relación. No. El destino les deparaba una relación mucho más íntima y apresurada que esa ¿aunque en verdad sería apresurada?

Tsuzuki de tanto en tanto, aun dormido, rosaba cálidamente el vientre del niño que se encontraba en sus brazos, y Hisoka lo sentía, feliz y en armonía. Ahora ambos esperaban conectar aun más sus vidas en muerte con la fecundación de una criaturita que les traerá vida sea la situación que sea. 

Hisoka había descubierto una sensación que nunca pensó tener. Quería al niño, quería sentirlo en su interior y el saber que sería del hombre a quien amaba y al cual se había entregado completamente le daba aun más ansias de tenerlo.

Aquella cama en la que se encontraban no era muy amplia ¿y que importaba? Ambos se complementaban de tal forma que parecían hecho el uno para el otro. Sus piernas se entrelazaban sensualmente entre las ligeras sabanas que los cubrían vagamente. 

Hisoka sentía los latidos de su amado pues se hallaba recostado en su pecho, con sus brazos presionando sus hombros mientras los brazos de Tsuzuki lo cubrían y lo acercaban a su cuerpo.

Estaban profundamente dormidos y al mismo tiempo muy despiertos, sintiéndose el uno al otro. Tal vez este extraño estado solo es posible para seres sobrenaturales. Y sus respiraciones, lentas y pacificas, parecían estar sincronizadas. 

¡Lo que es el destino! Ninguno de los dos se sintió jamás merecedor de un ambiente tan tranquilo y al mismo tiempo tan emocionante como aquel.

   -   Buenos dias   -  

   -   Mmm Buenos dias   -   Ninguno de los había abierto los ojos en realidad pero ambos sabían que el otro estaba despierto   -   ¿Qué horas crees que serán?   -   Hisoka, diciendo esto, se acurrucaba más en el cuerpo de Tsuzuki, como un gato en un cojín muy cómodo.

   -   ¿Acaso eso importa?   -   Tsuzuki levantó el rostro de su amado por el mentón y devoró sus labios cariñosamente, haciendo que este por unos segundos abriera sus ojos para volver a cerrarlos, le encantaban los besos de aquel hombre y le alegraba saber que vendrían muchísimos besos más.

Ambos se fueron incorporando en la cama hasta que quedaron sentados abrazándose con fuerza. Los brazos de Hisoka abrazaban a su amado por el cuello y Tsuzuki abrazaba la espalda de su niño. 

Cada vez el beso tomaba más intensidad. Hisoka descubrió que su compañero, y ahora amante, podía ser apasionado y cariñoso al mismo tiempo. Que sus caricias podían ser dominantes y al mismo tiempo nítidas.

Y Tsuzuki era testigo del amor con el Hisoka se entregaba en el sexo, a pesar de ser joven e inexperto no era tímido ni sumiso.  Era activo y correspondía a las caricias con otras suyas, provocándolo y haciendo de aquel acto mucho más apasionado y completo.

No hizo falta mucho tiempo para que nuevamente aquellos cuerpos desnudos empezaran a perlarse en sudor y a buscarse mutuamente para, una vez más, volverse uno solo. Lo deseaban. Se amaban. ¿y que mejor forma de engendrar a un ser que en un acto de amor?

Desde la primera vez que lo hicieron se les olvidó lo que era vestirse y ahora sus pieles eran libres de hacer el amor una y otra vez sin ninguna tela que lo impidiese (y así había sido esos tres dias, en efecto) Tsuzuki apretó los glúteos de su amado sentándolo más en sus piernas y Hisoka pudo sentir la erección de su amado. El contacto solo causó que el cuerpo del menor fuera recorrido por sensaciones eléctricas. Quería ser suyo.

Hisoka se afincó en sus rodillas, alzando su cuerpo y posicionando su entraba justo encima de aquella erección palpitante. Tsuzuki pudo sentir la excitación de su niño en su vientre y sin poder contenerse más, lo tomó por las caderas y las bajó, entrando en aquel cuerpo que lo volvía loco.

El sonoro gemido que emitió Hisoka al sentir su cuerpo invadido retumbó en las paredes de aquella habitación y fue entonces cuando avanzó aquel acto sexual. Las uñas de Hisoka se clavaban en la blanca espalda de su amante mientras este sostenía firmemente las caderas de su niño. Tsuzuki embestía al mismo tiempo que el menor subía y bajaba, ambos intensificando la fuerza y la profundidad de aquella penetración.

   -   Mmm Ahhh! Tsuzu…-

Hisoka aferraba su rostro en el hombro del mayor y este besaba y lamía el cuello de su niño. Los gemidos roncos y ahogados que emitía Tsuzuki excitaba mas y mas a Hisoka quien tras cada embestida aumentaba el volumen de sus  gemidos, en parte por puro placer y por otra parte porque sabía que sus gemidos excitaban mas a Tsuzuki.

Eran tantas veces que habían hecho el amor esos tres dias que Tsuzuki ya no necesitaba preparar a su niño para poseerlo, tampoco necesitaba preguntarle si estaba listo. Ya eran alturas en las que el acto se había vuelto algo natural que ocurría espontáneamente. Puro placer.

Las caderas de Hisoka aumentaron su ritmo pues ambos sabían que ya iban a terminar. Tsuzuki exploró la espalda de su niño, sintiéndolo. Y Hisoka presionó más sus manos en la espalda del mayor. Fue entonces cuando las embestidas se tornaron cada vez más lentas pero más profundas, tocando a un punto que los llenaba de un sofocante placer.

Cada vez más adentro y con su miembro en el fondo de aquel cuerpo maravilloso, Tsuzuki se corrió en abundancia. Hisoka al sentir esto también se vino entre sus vientres y la pareja tan solo se abrazó con mucha más fuerza, Hisoka con los ojos fuertemente cerrados y Tsuzuki disfrutando de la respiración acelerada de ambos.

Hisoka separó su rostro del hombro de Tsuzuki y sus miradas se cruzaron. Cuanto se amaban. Y con la facilidad con la cual solo la naturaleza puede actuar, se besaron, buscando atraer más al otro a su cuerpo.

Tsuzuki poco a poco fue recostando a Hisoka en la almohada, extendió mas la sabana y los cubrió mientras se posicionaba casi encima suyo, sin aplastarlo, de forma que sus miradas se hallaban conectadas. La mano de Hisoka de vez en cuando acariciaba el rostro de Tsuzuki y algunos besos sellaban el acto.

   -   Tsuzuki ¿Tú crees que ya estoy…? Bueno…   -  

   -   ¿Embarazado? Es muy probable ¿Por qué? ¿Ya no quieres hacer el amor?   -   Tsuzuki respondió pícaramente, claro que sabía la respuesta, los ojos de Hisoka se lo indicaban sin lugar a dudas, ambos sabían que se deseaban. Así como Hisoka también sabia la respuesta a la pregunta que él había hecho, solo quería sacar el tema a la luz, le gustaba. Le gustaba recordarse a sí mismo que no era solo sexo desenfrenado, estaban creando una familia.

   -   ¿Sabes una cosa? Acabo de acordarme que Watari me pidió ir a verlo al día siguiente de la noticia, para unos exámenes de nosequé   -  

   -   Mmm, no creo que se moleste sabiendo en qué estábamos invirtiendo el tiempo   -   Se besaron de nuevo.

   -   ¿Y cómo es que has aguantado tres dias enteros sin comer?   -  

   -   ¿Acaso crees que voy a preferir comer a hacerte el amor?   -   Tsuzuki poseyó aquellos labios tan apetitosos   -   Mmm aunque ahora que lo pienso, puede que no sea buena idea, no por mí sino por ti y por el bebé, puede que ya lo tengas ahí dentro, no queremos que pase hambre en sus primeros dias   -  

Hisoka abrió los ojos como platos   -   Tsuzuki…-   El nombrado solo sonrió y presionó cálidamente el vientre de su niño

   -   Ahora somos padres mi niño   -   Besó al menor en la frente   -   Ven, vistámonos y vamos a comer antes de que me den ganas de hacerte mío de nuevo   -   y de nuevo, sus labios se unieron.

Hisoka lo miró sorprendido para luego corresponder la sonrisa que su amado le daba.

   -   Vale…-    y luego de más besos y caricias, perezosamente se levantaron.

Después de haber compartido intimidad en aquella cama durante tres dias enteros, vestirse era casi decepcionante pero al sus cuerpos seguir funcionando cayeron en cuenta de que tenían hambre, y mucha.

   -   Voy a buscar tu ropa, ahorita vengo   -   Tsuzuki se dirigió a la recamara del menor mientras este seguía sentado en la orilla de la cama, tapado por las ligeras sabanas blancas.

   -   “Vaya ¿Quién lo diría? Tsuzuki mi amante…   -   Hisoka se recostó otra vez   -   Casi tres dias desde que lo hicimos por primera vez y desde entonces puro sexo, es obvio que estoy embarazado… ¿Qué pensarán los demás? No tocaron la puerta ni una sola vez para cerciorarse de que estuviéramos bien...

¿Qué dirán cuando reciban la noticia? Watari talvez se alegre pero ¿y Tatsumi y el jefe? ¿Y que tal tú chiquitín?”   -   Hisoka sintió la cara arder al descubrirse a si mismo presionando su vientre, acariciando el ser que ya estaba ahí   -   “¿podrá escucharme?”   -   ¿Quién sabe? Hisoka se incorporó en la cama y con ambas manos empezó a acariciar su vientre.

Tan metido estaba el joven en aquel acto de cariño que no notó que su amante ya había regresado y se encontraba en la puerta observando la escena, feliz como nunca. Watari tenía toda la razón, ahora si tendrían una familia de verdad, pensó este. Tsuzuki se acercó a la cama y abrazó por detrás al chico quien se sorprendió pero rápidamente lo asimiló y correspondió a sus caricias, ambos con las manos en el mismo lugar.

Se besaron. Se abrazaron. Tsuzuki lo tomó entre sus brazos y lo llevó a la ducha. Besos en el cuello. Caricias por todo el cuerpo. Ambos se devoraban mutuamente. Los brazos de Hisoka acorralaban al mayor por su cuello y este lo acorralaba por su cintura. El agua tibia caía en sus cuerpos, cuanto se amaban.

Sin poder aguantarlo más,  alzó al joven por sus muslos mientras este apoyaba sus piernas alrededor del mayor y sin más preámbulo, lo poseyó nuevamente. Hisoka sentía a Tsuzuki en sus entrañas y sus gemidos hacían eco por toda la tina. 

Las embestidas eran rápidas y precisas. El mayor sostenía al ojiverde por sus glúteos mientras lo inundaba en besos y caricias, era la primera vez que lo hacían en la ducha. Ambos se abrazaban con cada vez más fuerza y exploraban el cuerpo contrario mientras la penetración se intensificaba.

   -   Ahh, oh Tsuzuki, amm ¡ahhh!   -   Hisoka trataba de abrir más sus piernas para recibirlo mejor y Tsuzuki lo cargaba con más firmeza. Las uñas del menor arañaban su espalda y los gemidos aumentaban. Ambos estaban cerca de venirse y sin decir nada, con un grito casi ahogado, ambos se corrieron, Tsuzuki en aquella estrechez y Hisoka entre los dos.

Tsuzuki salió de aquel cuerpo lentamente mientras ambos respiraban sonora y entrecortadamente. Los pies de Hisoka tocaron el piso mojado pero no dejaban de abrazarse, se besaron y lentamente se separaron.

   -   Ahora si vamos a bañarnos, de verdad   -   Dijo Hisoka con ojos más picaros que acusadores.

   -   Claro   -   Tsuzuki le dio a su niño un beso rápido en los labios y empezaron a enjabonarse   -   Déjame enjabonarte, un embarazado no puede hacer la gran cosa   -   Tsuzuki empezó a frotar la espalda de Hisoka mientras este fruncía el ceño

   -   Ay Tsuzuki, estoy embarazado no muriéndome, aunque…-   Era difícil hablar de embarazos siendo seres que prácticamente ya no vivían

   -   Shh, nada de eso importa ahora, ahora lo que importa es que seremos una familia, una de verdad   -   Tsuzuki besaba la nariz y las mejillas de su amado   -   Ahora déjame consentirte, o más bien consentirlos   -   Hisoka se le quedó viendo con los ojos bien abiertos para después entrecerrarlos y sonreír

   -   Claro   -   Ya teniendo la aprobación del menor, Tsuzuki empezó a bañarlo.

Para cuando salieron de la ducha ya había pasado el mediodía. Se secaron y vistieron para luego salir de la habitación y dirigirse al comedor.

   -   Siéntate, yo traeré la comida   -   Dijo Tsuzuki amable

   -   Vale   -   En lo que Tsuzuki fue a buscar la comida, Tatsumi, el jefe y Watari entraron al comedor.

   -   ¡Vaya! Miren quienes por fin salieron de la cama, supongo que ya son tres ¿verdad?   -   Watari hizo señas con las manos animado mientras el color se colaba en las mejillas de Hisoka

   -   ¿¡Tienes que decirlo así!?   -   Hisoka no cabía en su vergüenza

   -   Vamos Hisoka, ya todos lo sabemos. Watari nos lo ha contado a detalle   -   Decía el jefe sentándose en su silla   -   Aunque ya Tsuzuki nos había contado que ustedes se aman

   -   ¿En serio?   -   Hisoka tomó asiento otra vez   -   ¿y que les parece? Digo, sea como sea tendrán que soportar a un bebé muy pronto

   -   Jajaja ¿y acaso eso es malo?   -   Intervino Tatsumi ya sentado   -   mas bien es bueno, un embarazo vendría muy bien por aquí, en especial a ustedes   -   Hisoka lo miró fijamente y el continuó   -   Ya basta de tanto sufrimiento, es hora de saber lo que es ser feliz

Hisoka sabía la razón por la cual Tatsumi ya no trabajaba con Tsuzuki, no soportaba verlo deprimido pues esto invocaba recuerdos de su madre. El chico entendió que esto no solo los ayudaría a ellos dos sino que significaría un poco de luz en la casa de “los hijos de la oscuridad”.

   -   En ese caso, gracias…-   Les dijo a todos con un tono calmado   -   por cierto Watari, sé que me pediste hacer unos exámenes  

   -   ¿Exame…? ¡Ah sí! Para verificar tu estado, si quieres podemos hacerlos ahora, antes de que comas, serán rápidos   -   Dijo Watari levantándose.

Hisoka tenía hambre pero decidió que si había aguantado tres dias enteros, podría aguantar un poco más.

   -   Vale, vamos   -   Se dirigieron al consultorio de Watari y este le sacó tres frascos de sangre

   -   Hisoka, como este caso es experimental no hay mucho que pueda decirte ahora pero una vez que haya estudiado los exámenes, determinado de que tipo de embarazo se trata y posteriormente, sacado una hipótesis de lo que posiblemente te espera, te explicaré todo lo que sé a detalle ¿de acuerdo?   ­-   Watari guardó los frascos   -   por ahora solo voy a decirte que intentaré que el embarazo no te afecte mucho pero debes recordar que ni en vida ni en muerte tienes una salud envidiable

Hisoka sonrió tristemente. Lo sabía, ya lo había pensado en realidad y lo que más esperaba era que el niño no heredara eso. Pensó en preguntarle algunas cosas acerca del niño pero decidió que sería mejor esperar al diagnostico para que Watari supiera más cosas.

    -   Bueno, eso es todo, ya puedes irte a comer   -   Le sonrió Watari.
Hisoka le sonrió y se levantó. Al salir del consultorio se encontró con Tatsumi quien comía unas tostadas de queso.

   -   Tatsumi ¿y Tsuzuki?  

   -   Mmm, está en la cocina, puso un banquete en la mesa pero decidí que ya no me molestaría solo porque estas embarazado ¿Eh? Además, lo que compró está delicioso   -   Hisoka se lo imaginaba. Tatsumi siguió su camino y Hisoka llegó al comedor, la mesa estaba llena de platillos deliciosos y Tsuzuki lo recibió con un abrazo.

   -   ¡Mi amor! Me fueras esperado, seguro la inyección fue horrible…

   -   Solo fue una inyección y oye Tsuzuki, no creo que sea correcto desperdiciar tanto dinero en comida   -   Dijo Hisoka rompiendo el abrazo

   -   Pero si no es desperdicio, estas embarazado, hasta Tatsumi lo dijo   -   Tsuzuki lo atrajo hacia su cuerpo con más fuerza, aun con las manos del menor presionadas en su pecho

   -   Pero ¡lo mejor es ahorrar dinero! Tendremos un bebé y el va a necesitar muchas cosas

   -   Bueno pero tenemos el dinero que ganamos como shinigamis, no le va a faltar nada y en todo caso podemos involucrarnos en el mundo humano y buscar lo que el necesite   -  

   -   Es cierto, además no vale la pena preocuparse por esas cosas. Eso es para los vivos   -   Intervino el jefe   -   ya que el mundo de los shinigamis está prácticamente ligado al de los humanos, en todo caso, yo pondré a este holgazán a trabajar para conseguir más dinero   -   El jefe hablaba mientras comía

   -   ¿Eso se puede hacer?   -   Preguntó Tsuzuki

   -   ¡Claro que se puede hacer! Así que no te preocupes por eso Hisoka   -   Hisoka solo miraba sorprendido al jefe. Al parecer todos estaban de su lado, eso lo calmó.

   -   Bueno ¡entonces no hay de qué preocuparse! Yo trabajaré en lo que el jefe me diga para conseguir dinero, por ahora come lo que quieras   -   Hisoka, aun en los brazos de su amante, cruzó su mirada con la de él recibiendo un beso en la frente por parte del mayor

   -   Bueno, en ese caso. Está bien   -   Dicho esto se sentó a comer. Se devoró los platillos que se encontraban más cercanos a él y Tsuzuki hizo lo mismo. El jefe terminó de comer y solo se quedó ahí escribiendo algunas cosas.

Ya habiendo terminado de comer, Tsuzuki recogió las cosas y ambos se fueron a sentar en un sofá en la estancia.

   -   Oye cariñito ¿y que te dijo Watari?   -   Tsuzuki lo abrazaba cariñosamente

   -   Ah sí, dijo que una vez me haya estudiado un poco, me dirá todo lo que sabe   -   Hisoka colocó sus manos en los hombros del mayor

   -   Ahh bueno   -   Tsuzuki lo besó y Hisoka correspondió el beso
  
EN EL CONSULTORIO DE WATARI…

   -   Vaya 003, este embarazo no será del todo fácil considerando el tamaño, la edad y el estado de salud de Hisoka pero por otra parte, sus poderes están a su favor   -   Decía Watari observando los primeros resultados impresos   -   Además, estoy impaciente por ver a nuestro Hisoka con una gran barriga ¿tú no?   -   El animalito solo se acurrucó en la palma de la mano de Watari que acariciaba su cabecita.

Azumi Seguchi, 31/12/2014

Nota: Finalmente la redacción es decente jajaja



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