Historias de amor en tiempos de guerra - Cap. 16

Capitulo 16 - La visita de Jin Wangyao

Presente 10

Una hora después, esa misma noche, un urutaú del tamaño de un perro pequeño se posó en la ventana de la habitación de Nie Xichen, en la secta Nie.

El urutaú era un ave de aspecto un tanto aterrador proveniente del continente lejano. Se sabía que la isla de Ai, al tener mucha influencia de este continente, había importado ejemplares de esta especie y estos al reproducirse habían formado un pequeña comunidad en Ai. No obstante, igualmente era raro ver a un urutaú, lo cual no le quitaba el sueño a nadie, pues estas aves no eran conocidas por ser hermosas y los tamaños que llegaban a alcanzar tampoco ayudaban a la vista.

Sin embargo, la apariencia de estas aves no era lo más aterrador que tenían, lo aterrador era su aullido, que se asemejaba al de un niño lamentándose.

Fue ese aullido lo que llamo la atención de los sirvientes en la secta, y los obligó a llamar al líder de secta, pues este no se encontraba en su habitación, sino que estaba en una de las salas de estar, contándoles historias aleatorias a sus sobrinos.

Los sirvientes le susurraron al oído acerca del sonido proveniente de su habitación y Nie Xichen le pidió a sus sobrinos que lo esperaran un momento.

Nie Xichen entró sólo a su habitación descubriendo al ave en la ventana, la cual dejó de aullar en el momento en el que él entró.

Algo curioso.

El ave empezó a hacer un sonido parecido a un ronroneo y empezó a sacudirse, fue entonces cuando Nie Xichen se dio cuenta que de su cuello colgaba algo. Ese algo no se podía ver a plena vista, pues era del mismo color de su pelaje, así que se camuflajeaba.

Nie Xichen tomó suavemente el objeto entre sus manos, era plano y ovalado, al voltearlo se dio cuenta de que se trataba de un pequeño espejo.

Mirando extrañado el espejo y tratando de descifrar la lógica detrás de aquella situación, Nie Xichen miró como el rostro de su hermano aparecía en el espejo.

- Hermano

- ¿Wangji? ¿Cuál es el significado de esto? - El espejo estaba colgando a una cinta que rodeaba el cuello del urutaú, el cual parecía estar sonriendo y seguía ronroneando. Nie Xichen quitó, con mucho cuidado, el collar de su cuello y se adentró más en la habitación, viendo a los ojos a su hermano.

- Lamento haberte sorprendido, hermano, no podía arriesgarme a enviar una carta

- ¿Sucede algo? – Nie Xichen quería preguntar acerca de la exótica ave y acerca del espejo, pero pensó que eran preguntas demasiado triviales para la situación, pues el semblante de su hermano le indicaba que éste estaba preocupado o afligido por algo.

- Si, lamentablemente nos acabamos de enterar de algo que podría poner en peligro a mis hijos y a mí mismo, es por eso que necesito traerlos a casa. Hermano, por favor, sácalos de tu secta, de ahí ellos podrán venirse

Nie Xichen entendió que por "llevarlos a casa" su hermano se refería a su verdadera casa, y no a la secta Gusulan. Tambien entendió que al sacar a los gemelos de la secta, una puerta del continente aparecería, y al cruzarla los gemelos estarían en la montaña Yiling.

- Si lo deseas, hermano, y si tus obligaciones te lo permiten, también me gustaría que tú vinieras con ellos. En estas circunstancias, mientras más pueda resguardar a mi familia, mejor.

- Oh, Wangji, es tan repentino...- Nie Xichen pensó unos segundos y Lan Wangji no dijo nada más. Luego de darle vueltas, habló - Hermano, ¿Es estrictamente necesario que los niños se vayan esta noche? ¿No hay ninguna posibilidad de que podamos ir a tu casa mañana por la noche? Eso me daría tiempo para alistarlo todo para poder pasar unos días con ustedes, quizás una o dos semanas...te doy mi palabra de que en este tiempo no voy a separarme de ellos ni un minuto, incluso dormirán conmigo, y reforzaré la seguridad alrededor nuestro

Lan Wangji no dijo nada de momento y se mantuvo inexpresivo. La verdad era que no le agradaba la idea. Estaba angustiado y no quería correr ningún riesgo, quería tener a sus tres hijos con el inmediatamente, y asegurarse por sí mismo de protegerlos.

Sin embargo, al mismo tiempo reconocía que la propuesta de su hermano era por demás razonable, además Botan siempre estaba vigilando a sus hijos y los niños tenían sus brazaletes para transportarse a la secta, en caso de una emergencia.

Los niños ya le habían hecho pasar un susto al escaparse, y ahora él se los llevaba tan abruptamente, ¿No era acaso aquel comportamiento una falta de respeto y consideración hacia su hermano?

Luego de meditar un momento, Lan Wangji respondió - Esta bien, hermano, pero por favor, cuídalos mucho y mantén este espejo contigo en todo momento, estaré muy pendiente, hazme saber cualquier irregularidad

Nie Xichen sonrió, un poco sorprendido, la verdad es que no creía que su hermano en verdad aceptaría.

- Muchas gracias, hermano, te garantizo que así será

A partir de este momento, Nie Xichen se aseguró de cumplir su palabra. Mantuvo a los niños a su lado en todo momento. Los niños durmieron esa noche en su cama, acurrucados en sus brazos y con sus cabecitas en su pecho, así como casi siempre dormían con su padre, y al día siguiente Nie Xichen no les quitó los ojos de encima ni un minuto.

Ni siquiera les había permitido ir a jugar al jardín solos, más bien les había pedido que lo acompañaran a hacer una serie de pendientes que necesitaba hacer ya que su padre lo había invitado a pasar unos días en "la casa" y quería dejar todo en orden para poder ausentarse por ese tiempo.

A los niños les entusiasmó tanto la idea de ir a pasar unos días en casa, y con su tio ahí, que lo acompañaron animadamente y lo ayudaron en lo que pudieron, siempre con una gran sonrisa en sus rostros y con sus ojos brillando.

Pero entre pensar en lo que pudo haber pasado que preocupó a su hermano, preparar todo en la secta, sus sobrinos a su lado conversándole y acaparando su atención, y la emoción culposa que sentía al pensar que volvería a aquella casa tan fantástica, a Nie Xichen genuinamente se le olvidó la visita pendiente de Jin Guangyao.

El día que habían vuelto a la secta desde la montaña Yiling, Nie Xichen había recibido una carta de Jin Guangyao en la cual este anunciaba su visita para el día siguiente. Ciertamente, Nie Xichen hizo los preparativos para su llegada, sin embargo, este nunca llegó, en su lugar, envió una carta disculpándose, diciendo que por una eventualidad se le había hecho imposible ir a la secta Nie ese día, pero que haría todo lo posible por ir al día siguiente.

Así fue.

Justo ese día que él se preparaba para ausentarse unos días, Jin Guangyao se presentó en la secta Nie.

Nie Xichen se sorprendió ante la visita, sin embargo, igualmente lo recibió con la amabilidad que lo caracterizaba.

Sin embargo, por razones que Nie Xichen desconocía, los gemelos, que nunca se alejaron de su tio, no fueron tan amables con el invitado. De hecho, Nie Xichen notó que estos lo saludaron secamente y por obligación, evitando su mirada en todo momento; respondieron sus preguntas con unos secos sí, no y no sé, y se comportaron inusualmente serios, con semblantes inexpresivos, hasta el punto en que ambos le recordaron a su hermano cuando era pequeño.

Incluso el mismo Jin Guangyao terminó comentando que los gemelos eran la viva imagen de su padre Lan Wangji tanto en físico como en personalidad. Nie Xichen no dijo nada y se guardó sus desentendimiento para él mismo.

Para amenizar el ambiente, y sabiendo que Jin Guangyao quería hablar con él sin que los niños escuchasen, pero sin ninguna intención de incumplir la promesa que le había hecho a su hermano, Nie Xichen los dirigió a los tres a un gran jardín con un estanque y un pabellón.

Le indicó a Jin Guangyao que se sentara en el pabellón con él y le dijo a los gemelos que podían jugar ahí pero que se mantuvieran donde él pudiese verlos. Los niños impresionaron a su tio simplemente asintiendo calladamente y sentándose uno al lado del otro en la orilla del estanque.

Nie Xichen no se explicaba por qué se estaban comportando así pero no quiso hacer ninguna pregunta en frente de Jin Guangyao, por lo que simplemente se dirigió al pabellón sin decir nada.

Tanto Jin Guangyao como Nie Xichen notaron que los gemelos empezaron a susurrar entre ellos en cuanto su tio se sentó en el pabellón junto al líder de la secta Jin. Sin embargo, ninguno comentó nada al respecto y Jin Guangyao dejó de enfocarse en ellos para concentrarse en la razón de su visita.

- Te ves precioso, como siempre - Aquella inesperada frase sacó a Nie Xichen de sus pensamientos, quien seguía viendo atentamente a sus sobrinos, como tratando de descifrar lo que se estaban susurrando. Volteó a ver a Jin Guangyao, dedicándole una expresión sorprendida - Con el debido respeto que tu difunto esposo se merece

Aquella frase era común en el país de Ai, siendo una frase de cortesía. Era usual decir eso antes o después de hacerle un cumplido a una persona casada o viuda. Si la persona estaba casada, se le decía: "Con el debido respeto que su señor esposo se merece" y si la persona era viuda, se le decía: "Con el debido respeto que su difunto esposo se merece".

Ante la cordialidad, Nie Xichen se calmó un poco, y agradeció el alago con amabilidad.

- La verdad es que quería visitarte desde hace tiempo pero ya sabes que por mis obligaciones, me es difícil salir de mi secta. Lamento no haber podido venir ayer como lo había anunciado - La voz de Jin Guangyao era suave y calmada, un poco baja, pues este temía que los gemelos pudiesen escuchar algo.

- No te preocupes por eso, entiendo perfectamente

- La verdad es que tampoco hoy gozo de mucho tiempo, tengo una reunión importante esta misma noche...- Nie Xichen se sintió aliviado ante ese anuncio y luego se sintió culpable por eso, pero la verdad es que le caía como anillo al dedo pues le preocupaba que Jin Guangyao quisiera quedarse a pasar la noche en la secta, ya que le había dado su palabra a su hermano de que esa noche los niños y él irían a la montaña Yiling.

De haber Jin Guangyao querido quedarse, a Nie Xichen no le habría quedado más remedio que inventarle una buena excusa para irse con los niños, pues por supuesto no podía decirle la verdad, y tendría que ser una excusa sumamente buena, considerando que se trataba del líder de la secta líder de Ai.

- Es por eso que iré al punto, pero por favor, Xichen, necesito que me prometas que por lo menos considerarás lo que voy a decirte - Nie Xichen sintió una punzada en su estómago - Xichen, yo...estoy consciente de que esta no es la mejor forma de hacer esto y créeme que daría mi vida porque las circunstancias fueran diferentes, pero no sé qué más hacer, y no puedo soportarlo más...

Nie Xichen no dijo nada y sólo se dedicó a escuchar.

- En la secta me presionan todos los dias para que me case y tenga herederos. Las cartas doradas no son escasas; y en verdad quisiera ser capaz de simplemente agarrar una de ellas, responderla con una carta de aceptación y cumplirle a mi secta...- Jin Guangyao volteó su mirada hacia el estanque - Aquello lo haría todo tan fácil...

Jin Guangyao respiró profundo.

- Pero no puedo hacerlo. No puedo. No es que no quiera, es que simplemente no puedo. No me veo a mi mismo casado y formando una familia con ninguna de esas personas. No puedo concebir el casarme, a menos...- Nie Xichen le rogó a los dioses que le impidieran decirlo - a menos que sea contigo - los dioses no lo escucharon

- Guangyao, por favor, no...

- Por favor, déjame terminar, te lo ruego - Nie Xichen ya había apartado su mirada e hizo ademán de alejarse pero Jin Guangyao lo tomó de la mano – Xichen, te lo juro, yo siempre intenté frenar estos sentimientos que nacieron en mi corazón por ti. Pero por más que luché en contra de ellos, no pude evitar que se apoderaran de mí. Tú eres...todo lo que pude haber soñado, y sé que si me lo permitieras, yo podría hacerte muy feliz, tú y yo...

- No, Guangyao, ya basta – Nie Xichen se volteó a mirarlo, evidentemente molesto - Tu sabes perfectamente que yo no soy un hombre soltero, lo sabes muy bien, ¡Tú conociste a mi marido!

- Si, lo sé, y aunque no lo creas, respeté y respeto a tu marido, y siempre respeté el matrimonio entre ustedes. Incluso cuando mi corazón se partía cada vez te veía a su lado, incluso cuando el dolor de saber que nunca te tendría me destrozaba el alma, jamás, en ningún momento, me acerqué a ti. Siempre me mantuve al margen ¿o no? Resignándome a vivir infeliz por siempre, pero consolándome con que, por lo menos, tú eras y siempre serías feliz...

- ¿Estás queriéndome decir que te fijaste en un hombre casado? - Nie Xichen lo miró horrorizado

- ¡Te digo que no pude evitarlo! Esas cosas no se pueden evitar, o al menos yo no pude hacerlo. Xichen, por favor, no me mires así. Yo nunca irrespeté tu matrimonio, y he sido muy correcto contigo siempre, incluso después de que enviudaras, siempre me he mantenido al margen. Pero, ¡Han pasado siete años! No puedes culparme por mantener mi ilusión, considerando que ahora, tanto tú como yo estamos solos.

- Puede que asi lo vean en tu secta, y lo comprendo, pero tú estás consciente de que en la secta Gusulan no lo vemos así. Para nosotros el matrimonio es para siempre, Guangyao, y continúa incluso después de la muerte, así que lo siento. Puede que mi querido esposo no esté a mi lado en este momento, pero donde quiera que esté, sé me está esperando y yo voy a honrar su memoria hasta que llegue el día en que nos reunamos otra vez. Así que no quiero escuchar nada más, te ruego que me perdones.

Cuanto había temido que llegase ese momento, el momento en el que tuviera que rechazarle.

La verdad es que Nie Xichen no estaba sorprendido por la confesión de Jin Guangyao, pues desde hacía muchos años, incluso desde antes de la muerte de Nie Minjue, Jin Guangyao había hecho y dicho cosas que lo habían hecho tener sus sospechas.

Nunca nada de importancia, claro está. Sólo pequeños detalles, una mirada, una expresión, una palabra o una frase...que no representaban nada en concreto pero que parecían cargadas con algo más.

Nie Xichen fue criado en la secta Gusulan, donde los cultivadores no eran conocidos por ser muy expresivos, y tuvo como hermano a Lan Wangji, quien era el menos expresivo de todos. A causa de eso, Nie Xichen tuvo que desarrollar la habilidad de leer incluso las más pequeñas expresiones, para deducir lo que el otro pensaba o sentía, y fue esa habilidad lo que hizo que Nie Xichen empezara a sospechar.

En un principio, estando Nie Minjue todavía vivo, simplemente decidió ignorarlo y no darle importancia, convenciéndose de que solo eran ideas suyas. Pero después de la muerte de su querido esposo, aquellos detalles parecían cada vez más evidentes y más difíciles de ignorar.

Empezaron los cumplidos, y ese año en particular, escudándose con excusas rebuscadas, Jin Guangyao había incluso materializado esos detalles en obsequios.

Nie Xichen había estado temiendo la llegada de lo inevitable desde hacía algún tiempo, y es que sabía perfectamente que no podía corresponder sus sentimientos.

Claro que Jin Guangyao no le era indiferente a Nie Xichen. Llevaban muchos años de conocerse y Nie Xichen sabía que en su corazón había un espacio reservado para él.

Pero el amor que sentía por él no se asemejaba al amor que sentía por su esposo, era un amor fraternal y puro, que se parecía más al amor que sentía por Lan Wangji.

Pero romántico o fraternal, amor era amor.

Era por eso que le dolía tener que rechazarlo de esa manera, pues sabía que los sentimientos que este sentía por él eran genuinos, pero lamentablemente no tenía otra opción.

Además, quitando todo eso de lado, Nie Xichen además de dolido, también estaba enojado, pues sentía que aquella conversación, e incluso los pequeños detalles anteriores también, de alguna manera deshonraban la memoria de su querido esposo.

- Por favor, Xichen, te lo ruego, ten compasión conmigo y no me rechaces tan inmisericordemente. Te lo juro, por más que lo intento, no puedo sacarte de mi mente y de mi corazón. Yo daría lo que fuera, y haría lo que fuera, por tenerte a mi lado, por poder casarme contigo, por poder liderar el mundo de la cultivación contigo a mi lado...

- Guangyao, es suficiente...

- Por formar una familia contigo. Porque tú aun eres joven y yo también, Xichen, y podemos formar una hermosa familia juntos. No tendríamos ningún obstáculo, tú sabes que ambos somos matrices, así que podríamos...- Jin Guangyao fue interrumpido y callado por una firme cachetada.

La cual, de lejos, no le dolió tanto a Jin Guangyao, como el último comentario de este, le había dolido a Nie Xichen.

Sin ningún remordimiento y con una amarga lagrima trazada en su mejilla, el viudo de Nie Minjue se levantó de su asiento y miró a la nada.

- Sabrá disculparme, líder Jin - Nie Xichen se las arregló para que su voz sonara firmemente - Pero me temo que tengo ocupaciones urgentes, así que ya no puedo atenderlo por más tiempo

Jin Guangyao no respondió nada, de hecho ni siquiera se movió, y en su rostro tenía una expresión estupefacta, como si no pudiera creer lo que acababa de pasar.

Nie Xichen salió del pabellón y le dijo a los niños, lo más suave que pudo, que volvieran con él adentro.

Los niños ciertamente no habían logrado escuchar nada de lo que ellos se habían dicho, pero sí pudieron ver algunas de sus expresiones mientras hablaban, y vaya que habían visto la cachetada que su tio le había dado al líder de la secta Jin.

Los niños obedecieron a su tio y lo siguieron adentro, pero no sin antes dedicarle una sonrisa burlona a Jin Guangyao. Sonrisa que pasó desapercibida para Nie Xichen, pero que no pasó desapercibida para él. 

..::Notas de la autora::..

¡Recién sacado del horno! Espero que les haya gustado y me nutran con sus hermosos comentarios. 

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