Historias de amor en tiempos de guerra - Cap. 14

Capitulo 14 - Botan y la secta Yiling

Presente 8

En la secta Gusulan era sabido que, una o dos veces al mes, Lan Wangji hacía retiros fuera de la secta que duraban de tres a cinco días

A veces se llevaba a sus tres hijos con él, otras veces decidía ir sólo. Nadie sabía a donde iba ni qué hacía.

El viudo del patriarca Yiling era un hombre misterioso y de pocas palabras.

Sólo se sabía que, cuando Lan Qiren le preguntó la razón de sus salidas, este respondió que se trataba de una promesa, pero no dio ningún detalle.

De modo que, dos días después de la partida de Lan Sizhui hacia la secta Ai, y estando los gemelos en la secta Nie con su tio Xichen, Lan Wangji se dispuso a hacer el primer retiro de ese mes.

En su ausencia, dejó a su subordinado al mando de la secta, claro que, como siempre, le pidió a su tio que estuviera pendiente, aun sabiendo que Lan Qiren lo estaría aunque no se lo pidiera.

A pesar de que Lan Qiren ya no quería saber nada del liderazgo de la secta, y quería dedicarse única y exclusivamente a sus clases, no dejaba de estar al tanto del manejamiento de la secta, asegurándose así de que todo se estuviera haciendo correctamente.

De modo que, una vez más, Lan Wangji abandonó la secta con tranquilidad.

Unos minutos antes del amanecer, bajó la montaña a paso lento y elegante, hasta que divisó el final del frondoso bosque.

Entonces se detuvo unos segundos, esperando, y un minuto después, apareció una puerta del continente justo al frente de él.

La abrió y entró.

La montaña Yiling, esa mañana, se sentía más fría que la montaña Gusulan, pero Lan Wangji no le prestó mucha atención a ese detalle.

Sólo se limitó a subir la montaña y entrar a su hogar.

Siguió recto el mismo camino que habida seguido junto a su hermano días atrás, hasta que llegó al salón de secta que tenía la ilusión nocturna de la secta Gusulan.

Ahí, sentada en el mesón principal, lo esperaba la fiel y servicial, Botan.

Botan era una de las escasas 36 mujeres que aun caminaban en tierra firme y que vivían a escondidas de los hombres.

Los hombres consideraban que las mujeres ya no existían, que se habían extinto hacía casi un milenio, y que las personas que decían haber visto una, lo habían imaginado o simplemente mentían.

La existencia de las mujeres en tierra firme, y de las mujeres que vivían en el mar, a las cuales llamaban sirenas, era considerada una mera leyenda. Sin embargo, la secreta secta Yiling estaba más que consciente de que ese no era el caso.

Ellos sabían mejor que nadie que las mujeres, tanto las pocas que vivían en la tierra, como las muchísimas que vivían en su mundo en las profundidades del mar, existían, y es que su actual líder, la actual patriarca Yiling, era nada menos que una de ellas.

A los ojos de los hombres, que desde hacía muchos años se habían desprendido sexualmente de las mujeres, Botan sería una criatura muy poco atractiva, con caderas innecesariamente anchas, cintura anormalmente pequeña, y unos horribles sacos de piel incrustados en su pecho. Además, su suave voz les sonaría muy extraña.

Sin embargo, a los ojos de una mujer o de algún hombre perteneciente a las épocas antes de la desaparición de las mujeres, Botan resultaría una persona increíblemente hermosa, con labios carnosos que pintaba de rojo carmín, intensos ojos azules, mejillas rosadas, cabello negro semi-ondulado, y un firme y delicado cuerpo femenino.

Botan provenía del continente. El cómo y por qué llegó al pequeño país de Ai, y llegó a formar parte de la secta Yiling, lo sabremos más adelante.

Por ahora, lo que debemos saber es que, además de ser mujer, una de las pocas que caminaba en tierra firme, y ser del continente, había otra cosa peculiar en ella: Era una bruja.

Los brujos, los chamanes y los cultivadores eran aquellas personas que tenían sensibilidad hacia el mundo espiritual y demoniaco, y tenían en sus cuerpos una acumulación de energía particular que les brindaba ciertos poderes extra-humanos.

Los chamanes eran originarios del continente lejano, los brujos eran originarios del continente y los cultivadores eran originarios de los tres países aislados, entre los cuales, estaba Ai.

A nivel mundial, existían más chamanes que cultivadores, y existían muchos más cultivadores que brujos.

Esto estaba relacionado con su nivel de poder: los chamanes no eran muy poderosos, eran conocidos por comunicarse con los espíritus, hacer ciertos rituales y ejercer como curanderos, por ende, eran bastante comunes.

Los cultivadores eran más poderosos y más cultos, siendo expertos en la cultivación de la energía espiritual.

En cuanto a los brujos, eran más poderosos que los cultivadores, pues tenían en sus cuerpos más energía que los antes mencionados y eran capaces de hacer hechizos y maldiciones más allá de la comprensión humana.

Sin embargo, desgraciadamente no eran conocidos por ser nobles ni cultos.

A través de la historia, estaba registrada una considerable cantidad de calamidades causadas por brujos, por razones egoístas y crueles. Como resultado, la gente común del continente, cansada de vivir con miedo y sufrimiento, empezó un movimiento que se llevó a cabo años antes de la desaparición de las mujeres; Un movimiento llamado "cacería de brujas", en el cual, los brujos eran perseguidos y quemados en la hoguera.

Los brujos eran poderosos, pero eran pocos. La gente común no tenía poderes, pero eran muchísimos. De modo que, eventualmente, la gente común obtuvo la victoria.

Cientos de brujos fueron quemados y los que lograron salvarse, huyeron lejos y empezaron a vivir ocultos, en muy bajo perfil.

Botan era descendiente de un matrimonio de brujos que huyó, junto a otros brujos, hacia las montañas del sur del continente. Ahí, todos formaron un poblado de brujos secreto, y cuando surgió el llamado del mar, hechizaron sus terrenos para que sus mujeres no tuvieran que irse.

Sin embargo, aun con sus hechizos, los hombres y las mujeres del poblado dejaron de ser compatibles. Por lo que, en ese sentido, decidieron adaptarse a los cambios sin separarse.

Entre los hombres empezaron a surgir matrices, y estos empezaron a juntarse entre ellos y con los hombres ordinarios del poblado. En cuanto a las mujeres, descubrieron que, si se sumergían a las aguas termales de la montaña en la que estaban, sin sumergir sus cabezas, sus cuerpos también cambiaban, siendo capaces de aparearse y reproducirse entre ellas.

De modo que, el secreto poblado de brujos, logró sobrevivir a la desaparición de las mujeres, y casi un milenio después, una de sus descendientes se encontraba en el país lejano de Ai, liderando una oculta secta demoniaca, en ausencia del fundador.

- Buenos días, mi señor - Botan hizo una reverencia, dedicándole a Lan Wangji su siempre amable sonrisa.

- Buenos días, Botan - Lan Wangji correspondió la reverencia y se sentó en una de las sillas del mesón mientras la vajilla de té, que había sido previamente hechizada por Botan, se servía sola.

Lan Wangji ya estaba acostumbrado a la magia de Botan, por lo que, sin sorprenderse en lo más mínimo, tomó un sorbo.

Botan también tomó un sorbo de su taza, sin embargo, lo que ella bebía no era té, sino café

- El señorito Ling Sizhui ya llegó sano y salvo a la secta Ai, y ya fue recibido por la orden Menfis...

- Gracias. Botan, ¿tú sabes de esas personas?

- Si, no he tenido el placer de conocer a ninguno de sus miembros pero tengo una buena amiga que está relacionada con ellos. Bueno, no mucho con ellos, más bien con la Menfis que carga a la isla.

- No sabía que había otra mujer en Ai...

- Es una mujer bastante...interesante, pero no es mala, no representa ninguna amenaza para el señorito Ling Sizhui, siempre que no se meta con ella o con la Menfis, lo cual no sucederá pues el señorito ha demostrado ser el ser más dulce del mundo...Por otra parte, no se preocupe mi señor, el entrenamiento que brinda la orden Menfis no es tan peligroso como lo quieren hacer ver. Es...bastante fuerte, y también es inusual, pero el señorito no corre ningún peligro mortal

- Me quedo tranquilo entonces

Al mesón, volando en el aire, se dirigieron dos bandejas llenas de comida del continente. Ya estando servidas, Botan unió sus manos.

- Buen provecho

- Mn - Ambos desayunaron en silencio.

Un rato después del desayuno, Botan empezó a platicarle a Lan Wangji acerca de las actividades realizadas por la secta en su ausencia y las que tenían pendientes.

La secta Yiling era una secta demoniaca secreta, y en un sentido literal, había sido fundada por Wei Wuxian. Sin embargo, el que le había dado forma y propósito, había sido Lan Wangji.

Lan Wangji, tras casarse con Wei Wuxian y convertirse en el señor Yiling (su nombre de casado era Ling Wangji) se dedicó a formalizar y disciplinar a la secta, poniendo todo en su lugar.

Nota de la autora: A partir de este punto, llamaré a los miembros de la familia líder de la secta Yiling con su apellido de secta cuando la historia se ambiente en la secta Yiling o esté relacionada con la secta Yiling. Sé que puede parecer un poco confuso pero no lo es tanto: Wei Wuxian, al ser el fundador de la secta Yiling, pasó a llamarse Ling Wuxian. Lan Wangji, tras casarse con él, cambió su nombre por Ling Wangji. Finalmente, los verdaderos nombres de los hijos de ambos son: Ling Sizhui, Ling Bao y Ling Yu.

Otra nota de la autora: El nombre Yiling viene de la montaña Yiling en donde está ubicada la secta, por otro lado, en esta historia, los apellidos familiares solo pueden tener una silaba. Cuando el nombre de una secta tiene más de dos silabas, la familia líder se apellida con la última silaba del nombre. Es por eso que no es Gusulan Wangji sino Lan Wangji y tampoco es Yiling Wangji sino Ling Wangji.

Gracias a él, la secta había adquirido un salón principal, una bandera, uniformes, un lema, un libro de ideales a seguir y un libro de reglas. Sin mencionar que, gracias a él, los discípulos de aquella pequeña y oculta secta se habían vuelvo personas sumamente cultas, pues Ling Wangji se había dedicado a transmitirles todos sus conocimientos.

El lema de la secta Yiling era: "forjar gran poder con empatía y responsabilidad"

Bajo los lineamientos de Ling Wangji y siempre tratando de hacerle justicia al lema de la secta, la secta Yiling se dedicaba a hacerle favores y servicios a las personas que lo necesitaban o requerían, especialmente en los sectores que, por negligencia de la secta cultivadora encargada, no disfrutaban de su protección y ayuda.

Los miembros de la secta Yiling, disfrazados con ropas color café y diciendo ser una pequeña secta llamada Bayu, ya tenían trazado un recorrido de poblados, a los que iban frecuentemente buscando oficio.

Cuando se trataba de curar personas, no cobraban nada, sólo recibían lo que los familiares querían darles. Cuando se trataba de ahuyentar fantasmas, cadáveres o malos espíritus, si cobraban, pero una accesible tarifa y eso cuando sabían que las personas del poblado podían pagarla.

Si veían que eran gente demasiado humilde, tampoco les cobraban nada.

Cuando se trataba de trabajos más laboriosos, que requerían de más tiempo y energía, cobraban una tarifa más alta pero igualmente era bastante baja en comparación con lo que cobraban las grandes sectas, y tampoco le cobraban a la gente muy pobre.

Ahora, lo que si cobraban con tarifas proporcionales al servicio, eran los favores que ninguna secta cultivadora ofrecía, entre los cuales destacaban: el rescate de personas desaparecidas, recuperación de objetos valiosos perdidos o robados, restauración de alguna parte del cuerpo, reconstrucción de casas o propiedades derrumbadas (recuerden que Botan tenía la capacidad de encantar objetos inanimados), rejuvenecimiento limitado y protección a tiempo completo (siendo estos dos últimos servicios, los más costosos).

Además, los jóvenes vendían ciertos artefactos útiles a sectas cultivadoras pequeñas, que habían sido inventados por el patriarca Yiling. También les vendían copias de los libros escritos por este a otras sectas demoniacas ocultas. Esto último, por supuesto, bajo el total anonimato y filtrando las maldiciones y técnicas que podrían ser usadas para causar muerte y sufrimiento.

Ofreciendo todos estos servicios desde unos meses después de la boda de Ling Wangji y Ling Wuxian, sin mencionar que Botan y Ling Wuxian ya ofrecían ciertos servicios desde antes, la pequeña secta demoniaca Yiling logró oficializarse, levantarse y progresar.

En la actualidad, once años desde su fundación, la secta Yiling gozaba de cierto capital que les brindaba cierta tranquilidad económica, la cual les había permitido mantenerse y construir todo el terreno secreto que abarcaba la secta.

Al mismo tiempo, bajo el disfraz de la inexistente secta Bayu, habían logrado conseguir un apoyo silencioso de mucha gente (silencioso porque siempre les pedían a sus clientes que no le contaran de sus servicios a nadie, a menos que sea alguien que los necesite).

La gente común no podía diferenciar entre el cultivo espiritual y el cultivo demoniaco, y ni se imaginaban como se vería la magia y la brujería, de modo que, para ellos, los jóvenes de la secta Bayu eran cultivadores honorables.

- La próxima vez que se les presente un caso así, Botan, consideren hablar con los espíritus primero. Discretamente y lejos del poblado. De modo que puedan encontrar los cadáveres sin hacer muchas preguntas - Ling Wangji dijo esto mientras hacía unas anotaciones en el gran libro de tareas realizadas de la secta Yiling.

- Muchas gracias por su observación, mi señor, le aseguro que lo pondremos en práctica - Botan siguió dedicándole una animada sonrisa.

Fue entonces cuando Ling Wangji notó algo peculiar en ella.

Siempre que él le hacía una observación, por más insignificante que fuera, Botan se disculpaba como si hubiese cometido un gran error. Sin embargo, aquella mañana, parecía que el buen humor de Botan era imperturbable.

El señor Yiling la miró fijamente, ella seguía sonriendo, como si estuviera esperando que le preguntara el porqué de su alegría.

- Botan, ¿Hay algo que quieras decirme?

Botan sonrió aún más y sin preámbulos, optó por decirle al señor de la oculta secta Yiling lo que la tenía tan animada.

- Mi señor, le tengo una maravillosa noticia: Hace dos días, al atardecer, revivimos a un caballo.

Ling Wangji abrió los ojos sorprendido, Botan no dejó de sonreír.

- Mi señor, estamos muy cerca, ¡más cerca que nunca! Todo fue un éxito. ¡Pronto tendremos al señor Wuxian de vuelta!

Botan se levantó de su silla y entrelazó sus manos entusiasmada. La cara de Ling Wangji sólo mostraba sorpresa, pero su corazón latía extremadamente rápido.

Desde la muerte del patriarca Yiling, Botan se había encaminado en un viaje sin descanso por encontrar la forma de revivir a su señor, siendo esto lo que éste le pidió antes de morir.

A Botan no le había importado caminar por senderos por demás oscuros y adentrarse en los confines más tenebrosos de la magia negra y roja. Ella estaba decidida a cumplir la promesa que le había hecho a su maestro, y que posteriormente también le había hecho al señor esposo de este.

Revivir a Wei Wuxian era su objetivo más importante, y ahora, después de tanto años de investigación y experimentación, Botan finalmente sentía que veía los primeros rayos del sol.

Desde hacían dos años, Botan había empezado a utilizar todos sus conocimientos colectados, para experimentar con animales pequeños, como ardillas y aves.

Cuando logró revivir al primer animal, una ardilla, la secta Yiling se regocijó, y a partir de ahí, Botan había revivido a otras ardillas, aves y gradualmente había intentado con animales más grandes, como cerdos y ovejas.

Sin embargo, revivir a un caballo, era algo ya de otro nivel.

Botan tenía los ojos húmedos de lo feliz que estaba, sin embargo, recordó que debía decirle algo de suma importancia a su señor.

- Sin embargo, mi señor, ya con todos los experimentos que hemos realizado, y todos los conocimientos colectados, no me queda la menor duda de que será necesario hacer un intercambio.

Sí, no olvidemos que se trataba de brujería, específicamente una mezcla entre la magia negra y la roja.

Una de las reglas más fundamentales de la alquimia, que estaba íntimamente relacionada con la brujería, sentenciaba que no podías adquirir nada sin dar a cambio algo equivalente.

Así funcionaba la magia, nada era gratuito, y en el caso de una vida, mucho menos.

Ningún mortal podía pretender robarle a la muerte y, tanto el mundo demoniaco como el mundo de los espíritus, llevaban un estricto registro de su población.

Para revivir a todos los animales que había revivido, Botan había tenido que entregar a otro ejemplar de la misma especie a cambio y de hecho, le había costado una temporada comprobar que, en efecto, el alma del animal muerto regresaba y la del sacrificio se iba.

Todos sus intentos por revivir a animales sin un sacrificio habían sido en vano.

De modo que, no había otra alternativa: Si querían revivir a Ling Wuxian, debían entregar a otro ser humano vivo, a cambio.

- ¿Estás completamente segura, Botan?

- Si, mi señor, me temo que es la única forma. Tanto para la restauración del cuerpo como para el regreso del alma, es necesario entregar un sacrificio.

- ¿y estás segura de que en verdad funcionará? - El corazón de Ling Wangji latía tan fuerte, que sentía que le iba a dar un infarto, sin embargo, siempre mantuvo su rostro sereno.

- Ahora sí estoy muy segura, mi señor. Los últimos veinte experimentos que he hecho, han sido todos un éxito, y la resurrección del caballo me dio los últimos datos que necesitaba para estar segura. De todas formas, planeo hacer más experimentos con más animales grandes en los próximos meses y daré todos mis esfuerzos para finiquitar todo. Por mi parte, lo más seguro es que esté completamente lista para el proceso en tres meses o menos.

Tres meses...

Ling Wangji sintió un remolino de sentimientos encontrados, entre los cuales resaltaba una gran culpa y una gran emoción.

Sentía culpa porque sabía mejor que nadie que aquel proceso, que involucraba el sacrificio de una vida humana, era oscuro y para nada ético. Pero por otro lado, aquello cada vez le importaba menos, pues de sólo imaginarse a su esposo entre sus brazos otra vez, su mente quedaba en blanco y no podía pensar en nada más...

Estaba emocionado, desesperado por abrazarlo y besarlo otra vez, ver sus ojos, escuchar el sonido de su voz y de su risa...Sentir su calor...

Ling Wangji sabía que, sin importar lo contrario que aquello era a sus principios, no tenía más opción que ceder, pues sus ganas de tener a su esposo a su lado nuevamente eran simplemente inmensas, sólo igualadas en magnitud por el amor que les tenía a sus tres hijos.

Botan, quien parecía tener una idea clara del dilema que enfrentaba su señor, posó su delicada y pequeña mano en el hombro de este.

- Mi señor, no tiene por qué ser una persona inocente. Podríamos buscar una persona ruin, que haya cometido muchos delitos. De esa forma, no sólo estaríamos trayendo a nuestro señor de vuelta, sino que estaríamos salvando a este país de alguien despreciable. Además, tenga presente que este país tiene una deuda con nosotros...

Ling Wangji mantuvo silencio por unos segundos, hasta que cerró los ojos y concluyó con firmeza...

- Botan, por favor, devuélveme a mi esposo lo antes posible.

Tras escuchar su aprobación, Botan volvió a sonreír, esta vez con determinación.

..::Notas de la autora::..

Antes del siguiente capitulo, encontrarán un bonus con mapas del mundo en el cual está ambientado el fanfic y de la actriz de la cual me basé para hacer el físico de Botan

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