Historias de amor en tiempos de guerra - Cap. 7

Capitulo 7 - La promesa de Lan Wangji

Pasado 1

Año 922 después de la desaparición de las mujeres (dieciséis años antes de los acontecimientos del presente).

En pequeños pero elegantes barcos, una flota de la secta Gusulan se dirigió a un pequeño poblado que estaba bajo su cargo.

El poblado era costero y habían estado ocurriendo eventos muy extraños en el mar.

El asunto fue tan inusual, que Lan Qiren, el líder de la secta Gusulan en aquel entonces, le pidió a su sobrino mayor, Lan Xichen, que fuera a la expedición.

Lan Xichen (o mejor dicho, Nie Xichen), el mayor de los Jades de Gusu, ya llevaba dos años casado con el primer hijo de la secta Nie, Nie Minjue. 

Ambos habían ido a visitar la secta, cómo lo hacían cada mes, pues Nie Xichen tenía deseos de que el único hijo de ambos, el pequeño Nie Yamei, se familiarizara con su secta de origen.

Sin embargo, tras Lan Qiren recibir las noticias del poblado, le pidió al joven matrimonio (En ese momento, Nie Minjue tenía 20 años y Lan Xichen 18) que por favor fueran con los mejores discípulos a supervisarlos, ya que él tenía otros asuntos urgentes, y el problema era muy peculiar.

El pequeño Nie Yamei, quien apenas tenía un año en aquel entonces, fue resguardado entre los brazos de Lan Qiren mientras sus jóvenes padres iban a la expedición, acompañando a su tio-abuelo a su importante reunión con los ancianos de la secta.

A la expedición no sólo fueron cultivadores de la secta Gusulan, también fueron cultivadores de otras sectas, que se encontraban siendo disciplinados en dicha secta por una temporada.

Entre los cultivadores destacaban: Jin Zixuan, Jiang Cheng, Lan Wangji y Wei Wuxian.

Tras llegar al poblado, hubo un rato de tranquilidad, en el cual, sucedieron dos sucesos relevantes en nuestra historia.

El primero...

Wei Wuxian y Jiang Cheng se encontraban en la orilla, conversando animadamente sobre algo.

Jiang Cheng, era el primer hijo del matrimonio líder de la secta Jiang, conformado por Jiang Fengmian (El líder – matriz) y Jiang Ziyuan (Esposo – Matriz). Su matrimonio había sido arreglado, y ellos no eran conocidos por tener el matrimonio más armonioso.

Además, era de saber público que Jiang Fengmian siempre había amado a un poderoso cultivador errante, pero que este se había casado con un sirviente de la misma secta Jiang y se había ido. Por ende, a Jiang Fengmian no le había quedado más remedio que casarse con Yu Ziyuan (Tras el matrimonio, pasaría a llamarse Jiang Ziyuan).

Sin embargo, se dice que Jiang Fengmian nunca dejó de amar a aquel cultivador, y eso se confirmó cuando éste y su esposo murieron, pues Jiang Fengmian buscó por mar y tierra al hijo huérfano que ambos habían dejado atrás...

Wei Wuxian.

Tras encontrarlo, Jiang Fengmian le suplicó a su marido que lo adoptaran, pero al ser el hijo de "ese hombre", Jiang Ziyuan no cedió, y como los niños huérfanos sólo podían ser adoptados por un matrimonio, no por una persona sola, a Jiang Fengmian no le quedó de otra que criarlo como a un hijo, y convertirlo en un discípulo de su secta, pero sin poder nunca acogerlo en su familia.

De modo que, Jiang Cheng y Wei Wuxian, al tener la misma edad y crecer juntos, eran como hermanos. Sin embargo, esa no fue la impresión que Jin Zixuan, quien los veía desde su bote, creyó percibir.

A pesar de que Jiang Ziyuan había aprendido a sangre propia lo desastroso que podía resultar un matrimonio arreglado y sin amor, no había dudado ni un segundo en comprometer a su primer hijo cuando este apenas era un niño.

Lo había comprometido con Jin Zixuan, el hijo de su amigo de la infancia, esposo de Jin Guangshan, líder de la secta Jin en aquel entonces.

Jiang Fengmian al principio se rehusó rotundamente, pero el mismo Jiang Cheng, siendo un niño, le dijo que le agradaba Jin Zixuan (En aquellos tiempos, Wei Wuxian, Jiang Cheng y Jin Zixuan solían jugar juntos cuando sus padres se reunían), por lo que Jiang Fengmian decidió darle tiempo al tiempo y dejar de discutir con su marido.

Sin embargo, los niños habían crecido, y Jin Zixuan había desarrollado una personalidad distante que lo había apartado de Wei Wuxian y Jiang Cheng.

No obstante, el compromiso seguía intacto, y a Jin Zixuan no le hacía ninguna gracia ver a su prometido compartiendo tan íntimamente con Wei Wuxian.

No era que Jin Zixuan amase a Jiang Cheng; si le agradaba su actitud y estaba satisfecho con sus habilidades, pero nada más. No lo quería, y no eran celos lo que sentía en ese momento, era más bien indignación al sentir que Jiang Cheng no tomaba en serio su compromiso y no lo respetaba.

Mucha gente rumoreaba que había un romance secreto entre ambos muchachos, y era de saber público que el sueño de Jiang Fengmian era que su hijo y Wei Wuxian se enamorasen y se casasen, pues de esa forma, aunque no pudo tener a Wei de hijo, al menos podría tenerlo de yerno y ser ambos de la misma familia.

Entonces una rivalidad, basada en puro orgullo, nació en la mente de Jin Zixuan, quien decidió dejar de observar desde la distancia y manifestarse.

Se dirigió a la orilla, bajó de su bote, y caminó hacia los muchachos. Jiang Cheng se veía fastidiado por un comentario por parte de Wei Wuxian, mientras este sólo reía.

- Jiang Cheng

Ambos voltearon a verlo e hicieron silencio.

- Buenos días, Jin Zixuan – Ambos siempre eran serios y cordiales cuando hablaban

- Buenos días, me preguntaba si querías dar un paseo conmigo

Jiang Cheng miró a Wei Wuxian antes de responder, lo cual enfureció a Jin Zixuan pero se mantuvo sereno.

- Está bien

- Bien, vamos

Jiang Cheng se fue junto a Jin Zixuan hacia el bote en donde este último había estado minutos antes.

Jin Zixuan sintió que le había ganado una gran batalla a Wei Wuxian. Wei Wuxian sólo volteó hacia otro lado, pensando en las botellas de vino que tenía escondidas en la secta Gusulan, rogando a los dioses que no fueran a descubrirlas en su ausencia.

Por otra parte, mientras todo esto sucedía, también se llevaba a cabo el segundo suceso importante...

En uno de los puentes que embellecía el puerto de aquella comunidad, el joven matrimonio Nie se encontraba conversando con un capitán que les narraba los sucesos de los cuales tenía conocimiento.

Nie Minjue estaba muy atento a lo que este relataba, pero Nie Xichen tenía otra cosa en mente, algo que no tenía nada que ver con los fenómenos que tenían escandalizada a la comunidad.

- Minjue...- Nie Minjue volteó inmediatamente al llamado de su esposo – Disculpe que lo interrumpa – Nie Xichen se dirigió al capitán, haciendo una pequeña reverencia avergonzado

- Ni lo mencione, mi señor - El capitán, por el contrario de molestarse, parecía avergonzado ante la extrema educación de Nie Xichen

- Querido, debo ir a preguntarle algo a Wangji, ¿me esperas un momento?

- Por supuesto, querido - Nie Minjue acercó delicadamente a su esposo con un brazo y le dio un beso en la frente

El capitán se sintió fuera de lugar.

- En seguida regreso

A paso elegante, Nie Xichen se alejó de su marido y del capitán, sintiendo la mirada de todos a su alrededor.

Él sabía el motivo: su traje de casado.

Siendo los jóvenes esposos, provenientes de sectas tan adineradas, tuvieron acceso a las vestimentas de casados más finas y costosas que se podrían elaborar en Ai, con un diseño imperial, las telas más suaves y resistentes, y exquisitos accesorios de oro puro.

Parecían un matrimonio divino y las personas de aquella comunidad, jamás habían tenido la oportunidad de ver trajes tan lujosos, por lo que estaban embelesados viendo a Nie Xichen pasar y este podía escuchar los cuchicheos a su alrededor.

No le molestaba en lo absoluto, por el contrario, se sentía alagado. Pero en ese momento, había otra cosa que tenía acaparada su mente.

Buscó con su mirada a su hermano menor, Lan Wangji, y lo encontró conversando con el dueño de un local de comida. No podía escuchar lo que decían, pero tratándose de su hermano, dedujo que hablaban únicamente de los acontecimientos recientes.

Nie Xichen esperó unos minutos a que su hermano terminara su conversación, y luego, cuando Lan Wangji agradeció por la información y se despidió cortésmente, se acercó a él.

- Wangji - Lan Wangji también se acercó

- Hermano, ¿sucedió algo?

- No, aún no hemos visto nada. Ven, tomemos un té, quiero hablar contigo.

Lan Wangji se preguntó si sería prudente en aquellas circunstancias pero llevaba meses sin sentarse a conversar con su hermano, así que consideró que estaría bien. Además, su hermano y Nie Minjue eran los líderes de aquella misión.

Subieron a la terraza de un local con vista al puerto y pidieron dos tazas de té.

Siguiendo el protocolo, Nie Xichen optó por preguntarle a Lan Wangji cosas triviales: acerca de sus estudios, su entrenamiento, su cultivo, etc. Pero después de unas cuantas preguntas, creyó prudente ir al grano.

- Wangji, hay algo que he estado queriendo preguntarte. Dime, ¿Sientes algo por ese muchacho, Wei Wuxian? - Lan Wangji, a plena vista, no cambio su seria expresión. Sin embargo, sólo Nie Xichen tenía la capacidad de notar sus casi imperceptibles expresiones.

Supo que Wangji se había sorprendido con la pregunta.

- ¿A qué te refieres?

- Bueno, la verdad es que, no pensaba traerlo a esta expedición, y cuando me dijo que quería venir, estuve a punto de agradecerle pero negar su petición, pues el tio Qiren me ha dicho que es un poco "problemático" y que no ha tenido un comportamiento ideal en la secta. Pero justo cuando iba a hacerlo, vi tu rostro, y aunque me pediste con palabras que no lo trajera, me pareció que en realidad si querías que viniera ¿Estoy equivocado?

Nie Xichen sabía que mentir no estaba en la naturaleza de Lan Wangji, por lo que, cuando quería ocultar algo, en vez de mentir, optaba por no decir nada, y eso fue exactamente lo que hizo en respuesta a aquella pregunta: Ni negó ni afirmó nada, pero para Nie Xichen ese silencio le había dicho más que mil palabras.

- ¿Sabes, Wangji? No está mal sentir, ni dejarse enredar por los encantos del amor. Es de lo más natural, y si te soy honesto, no me gustaría que te quedaras soltero para siempre. Me gustaría verte felizmente casado y que formaras una familia. No tienes idea de lo feliz que yo he sido desde que me casé, y Nie Yamei es la luz de nuestras vidas ahora. Quiero que sepas que deseo profundamente que tú puedas vivir esta experiencia...

Un muchacho les llevó las tazas de té, ambos agradecieron. Nie Xichen miró fijamente a su hermano, supo que estaba incomodo, pero aun así sentía que debía hacerle saber todo aquello, por lo que después de un sorbo de té, optó por continuar.

- Wangji, el matrimonio es...

- Wei Wuxian es semilla, hermano - Nie Xichen se sorprendió - Disculpa que te haya interrumpido

Eso no podría haberle importado menos a Nie Xichen, pues lo primero que dijo fue lo que lo impactó.

- Wangji, ¿estás seguro? Hubiese jurado que ese muchacho era matriz

- No lo es, no tiene raíz.

Nie Xichen calló por unos segundos. En verdad tenía por sentado que Wei Wuxian era matriz, tanto así, que ahora que lo pensaba, ni siquiera se había tomado la molestia de preguntárselo a alguien. Un "no sé qué" le había hecho pensar que era un matriz.

- Vaya, Wangji, no sé qué decir. Lamento esto, confundí las cosas

- No te preocupes, hermano

Ciertamente, aquello cambiaba drásticamente las cosas.

La unión entre dos matrices era considerada como "la unión más pura". Esto se debe a que, según la historia, luego de que las mujeres desaparecieran, siendo ellas las que proveían a los niños, la humanidad estuvo al borde de su extinción.

Aquellos que creen en la leyenda del llamado del mar, defienden que estas se fueron por el mal trato que recibían, pues los hombres se habían posicionado por encima de ellas y estas eran propensas a recibir maltratos y a ser abusadas.

Al surgir los hombres matrices, justo a tiempo, estos empezaron a reproducirse únicamente entre ellos, amenazando a los hombres corrientes con que si los tocaban, ellos también se irían, al igual que las mujeres.

Así pues, se creó la "familia pura", formada por padres matrices y sus hijos matrices. Los matrices siempre tenían un estatus más alto que el de los hombres corrientes, y ser un matriz puro (de linaje de sólo matrices) te hacia tener estatus por encima de los otros matrices.

Sin embargo, los matrices puros, en la actualidad, estaban en peligro de extinción (si es que aun existían). Sucede que a los pocos años del surgimiento de los matrices, justo antes de que los hombres corrientes se extinguieran, los matrices y los hombres corrientes se fueron juntando a voluntad, hasta el punto en el que se les empezó a llamar a los corrientes "hombres semilla".

Como resultado, esta unión también empezó a ser aceptada y entonces surgió la "familia moderna", formada por un matriz y un semilla, y los hijos (matrices y/o semillas) de ambos.

Estas eran las uniones aceptadas en aquellos tiempos y en la actualidad, pero la unión entre dos hombres semillas, era un tabú en gran parte del mundo.

En el país de Ai, esa unión sólo era aceptada en la isla de Ai, cuya gente era conocida por ser relajada y liberal. Ahí incluso podían contraer matrimonio y adoptar niños huérfanos.

Pero ese lugar era el polo opuesto de la secta Gusulan, y aunque Nie Xichen no era del tipo de juzgar a nadie, no podía imaginarse a su hermano casado con otro semilla.

Sin embargo, de su mente no salía ese brillo que vio en los ojos de Lan Wangji.

Luego de meditarlo un poco, en silencio, consideró que lo único que quería para su hermano es que fuera feliz, por lo que decidió simplemente hacérselo saber sin ánimos de alentarlo o desalentarlo a nada.

- Bueno, Wangji, la verdad es que me dejas sin palabras pero de todas formas, quiero que sepas que le ruego muchos a los dioses para que te permitan ser feliz algún día y por eso, necesito que me prometas algo...

- Dime, hermano - Ambos hermanos se vieron a los ojos.

- Prométeme, que si llegas a enamorarte de una persona, y esa persona corresponde tus sentimientos, antepondrás esa unión por encima de todo. Yo sé que el deber es importante, pero nunca va a ser más importante que el ser feliz, y eso es lo único que quiero para ti, Wangji. Siempre te has adaptado a las reglas y obligaciones que se te imponen, nunca te has dejado distraer por deseos y caprichos, y eso no está mal, pero quiero que me prometas que a la hora de tomar esa importante decisión, escogerás lo que deseas, lo que crees que te hará feliz, ¿me lo prometes?

Lan Wangji tomó un sorbo de té y luego volvió a ver a su hermano.

- Te lo prometo, hermano

..::Notas de la autora::..

¡Gracias por leer! Finalmente nos adentramos en el pasado, espero que el cambio de tiempos en la historia no haya resultado confuso, de todas formas, siéntanse libres de preguntarme lo que sea, yo responderé a la brevedad y trataré de explicar todo sin hacer spoislers, nos leemos!

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